domingo, 22 de marzo de 2015

MIS PRIMERAS PALABRAS


Mi historia sobre cómo empecé a hablar es bastante divertida. Una de mis primeras palabras fue papá, algo que enfadaba a mi madre porque ella era la que estaba todo el rato conmigo, ya que hasta que tuve dos años mi padre vivía fuera por temas de trabajo.

Aparte, empecé tarde. A los 18 meses muchos niños tenían ya suficientes palabras como para ir montando una pequeña frase. Yo, en cambio, me limitaba a decir agua, papá y tete, lo que en mi idioma significaba chupete. Si os dais cuenta, la verdad es que fui una bebé muy lista, porque sabía decir lo que de verdad me interesaba y no gastaba mucha saliva hablando.

Lo peor de todo es que mi madre dice que no comencé a hablar tarde porque tuviera un problema o estuviera aprendiendo dos idiomas. Su teoría es que me estaba reservando: una vez que dije mis primeras palabras ya no hubo quien me callara ni debajo del agua. En otros casos esto es una expresión, pero en el mío no, ya que cuando era un poco más mayor mi primo y yo jugábamos a hablar como delfines bajo el agua de la piscina.

En cuanto a la lectura, mis padres, por mucho que lo intentaban, no conseguían que me sentara tranquila  a mirar un simple libro. A mí, o me los leían, o aquello no iba conmigo.

Cuando entré en el colegio tuve que aprender a leer quisiera o no. Pero yo seguía prefiriendo ver mi película. Y sí, lo estáis leyendo en singular, porque de pequeña, a pesar de tener otros DVD´s, me pasaba las tardes con mi padre viendo "El libro de la selva".

Mis padres, los pobres, me llevaban todos los años a la Feria del libro y me regalaban muchísimos cuentos para intentar que le cogiera gusto a leer de una vez por todas. La verdad es que hasta que leí libros como los de "Secret academy" o "El diario de Ana Frank", nunca me había enganchado realmente a un libro, aunque sí había leído bastantes.

Ahora, aunque cada vez me guste más leer, sigo prefiriendo hablar sin parar. ¡Para algo me sirvió reservarme antes de empezar!

LETRAS DE MI INFANCIA

Mi infancia estuvo rodeada de bonitas canciones y poesías preciosas. Y de pequeña también me contaban mucho cuentos populares o inventados.

Sobre la música, muchas de las canciones de las que más me acuerdo son de Paco Ibáñez.  Una que me encanta y me trae muy buenos recuerdos de cuando mi madre me la cantaba es la de "Había una vez". Tiene una letra muy bonita, que te ayuda a pensar en otro mundo paralelo, sin tanto estereotipo, y a ver que no todos los de una misma especie son iguales, ni saben hacer las mismas cosas, por lo que no debemos juzgar a los demás sin haberlos conocido, solo por el aspecto que tengan. La canción dice así:

“Había una vez un lobito bueno, al que maltrataban todos los corderos (bis).
Y había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado (bis).
Todas estas cosas había una vez cuando yo soñaba un mundo al revés (bis).”

Otra de las canciones que me solían cantar a menudo es una muy bonita, que trata sobre lo que nos puede llegar a hacer soñar una cosa muy simple, pero que deseamos con todas nuestras fuerzas. Esta canción también es de Paco Ibáñez.  Se llama  "Era un niño que soñaba" y algo interesante de ella es que aunque la canta Paco Ibáñez, es una poesía de Antonio Machado. Es sencilla, y dice así:

“Era un niño que soñaba un caballo de cartón, abrió los ojos el niño y el caballito no vio. 
Con un caballito blanco el niño volvió a soñar, y por la crin lo cogía, ahora no te escaparás. 
Apenas lo hubo cogido, el niño se despertó, tenía el puño cerrado, el caballito voló. 
Se puso el niño muy serio pensando que no es verdad un caballito soñado y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo, y el mozo tuvo un amor, y a su amada le decía: ¿Tú eres de verdad o no? (bis)
Cuando el mozo se hizo viejo pensaba Todo es soñar, el caballito soñado y el caballo de verdad. 
Y cuando vino la muerte, el viejo a su corazón preguntaba: ¿Tú eres sueño? Quién sabe si despertó.”

Otra de las canciones que mi madre me cantaba de pequeña era la de "Anikuni". Esta me la cantaba principalmente cuando no me podía dormir y venía a mi cama. Además a mí me gustaba mucho porque es como de los indios, o lo parece, y a mí de pequeña todo eso de los indios me encantaba. La canción es así:
 
“Por las noches, cuando la luna como plata se eleva e ilumina la selva y también la pradera, viejos lobos de la tribu cantarán al espíritu, al espíritu del fuego. Anikuni uauani, uauaua nika uauaua, eau misini, eauni misini. Anikuni uauani, uauaua nika uauaua eauni misni.”


Cuando era pequeña también me contaban muchos cuentos. Me contaban los de toda la vida, los de las princesas y esas cosas, pero recuerdo que uno de mis tíos, por parte de madre, me contaba también uno muy interesante que él había aprendido de mi abuelo. Trata de un joven que por la noche, cuando hay luna llena, se convierte en un lobo.  Este cuento es un poco largo, pero si a alguno le interesa lo puede buscar en internet, se llamado  "Pepe lobo". A mí más que la historia lo que más me gusta de este cuento es lo bien que nos lo pasábamos mi hermana y yo cuando mi tío nos lo contaba y nos empezaba a perseguir por toda la casa, simulando que él era el lobo. Me lo pasaba genial, y creo que eso no lo cambiaría por nada.

Algo que, aparte de las canciones y los cuentos, abundó en mi infancia fueron las poesías, ya que a mi madre le gustan mucho, y desde que mi hermana y yo somos pequeñas nos ha contado un montón de ellas, lo que hace que las dos nos sepamos muchas. Pero, como en todo,  cada una tiene su preferida. La mía es de un escritor anónimo, pero es muy bonita y yo me la sé entera. La llaman "El romance del prisionero", y dice así:

“ Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos se encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el  ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo,  triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por un avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
dele Dios mal galardón.”

Y aquí acaba mi pequeño resumen de las letras que tuve en mi infancia.


viernes, 20 de marzo de 2015

Memoria final de aprendizaje del proyecto: mis primeras palabras, letras de mi infancia y entrevista a los abuelos.

1. ¿Qué actividad(es) te han interesado más de este proyecto? ¿Por qué?
-El proyecto de Mis Primeras Palabras, porque me ha gustado saber un poco más sobre las palabras que dije cuando era pequeña.
2. ¿Qué actividad(es) te han resultado más difícil? ¿Por qué?
-Ninguna, todas me han parecido fáciles.
3. ¿Qué actividad(es) te han resultado más útiles de aprender? ¿Por qué?
-La entrevista a los abuelos, porque así puedo valorar lo que tenemos ahora y nuestros mayores no pudieron tener.
4. Los textos utilizados en las actividades te han parecido:
c) normales.
5. Piensas que el trabajo se ha hecho:
c) a un ritmo adecuado.
6. ¿En qué aspectos te ha ayudado trabajar con tus compañeros? ¿Te has sentido a gusto con las personas que has trabajado? ¿Han surgido problemas? ¿Cómo se han solucionado?
-A saber organizarme.
-Sí.
-Ninguno.
7. Resume cómo ha sido el proceso de trabajo en tu grupo durante todo el proyecto:
-Yo creo que el trabajo ha sido organizado de manera equitativa, aunque tuvimos que terminar el trabajo corriendo  porque si no, no nos daba tiempo. No pusimos en común el trabajo ya que no nos dio tiempo.
8. Esta secuencia didáctica te ha aportado en:
a) conocimientos: mucho
b) técnicas de trabajo: bastante
c) interés y motivación: mucho.
d) valores humanos: bastante.
9. ¿Qué aspectos de tu trabajo personal crees que podías haber modificado para obtener un resultado más satisfecho?
-Debería haber trabajo más, y así, me habría dado tiempo a poner el trabajo en común.
10. ¿Qué calificación crees que merece tu trabajo en el proyecto? ¿Por qué?
-Notable.
11. Señala 3 aspectos positivos de este proyecto y 1 negativo:
+ Me ha gustado saber más sobre mis abuelos.
+ Me ha gustado saber sobre mi infancia.
+ Me ha gustado que mi madre me contase cosas sobre mí.
- Me hubiese gustado que también hiciéramos un proyecto sobre lo que nos gusta a nosotros en la actualidad.
12. Otros aspectos que deseas añadir:
-Ninguno.




miércoles, 11 de marzo de 2015

LAS LETRAS DE MI INFANCIA...



Mi madre cuando recuerda las canciones con las que me acunaba de pequeña, se echa a reír. No me cantaba las típicas nanas, sino que siempre me canturreaba "canciones horteras", como ella dice. Era la época de la Primera Edición de Operación triunfo, y a mi madre le encantaba: Bisbal, Bustamante, Rosa, Chenoa....Y ella siempre me las cantaba
para dormir y desde luego funcionaba porque dormía como un lirón desde muy pequeña.

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Mis padres recuerdan, que siendo pequeña había veces que yo misma me cantaba para dormirme solita.
Mi madre no sólo las cantaba sino que en el coche también me ponía Cadena Dial y en ese canal de radio también salían todo el rato esos cantantes, así que yo también me sabía algunas palabras.... Pero sobre todo, me encantaba una canción de Amaral, "Eran días de verano", y siempre imitaba a Amaral cuando en esa canción dice: Aaaaaaaaaaaaaa…

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También cantábamos juntas muchas sevillanas, ya que como mi madre es de Jerez le vuelve loca la música flamenquita.
Cuando fui creciendo me contaban también cuentos para dormir. Mis preferidos eran Caperucita Roja y los 3 Cerditos. Como les pedía siempre los mismos cuentos, mi madre para hacerlo más divertido cambiaba un poco el argumento de los cuentos. ¡ Así  nos divertíamos más!
Cuando ya era más mayorcita, me compraban cuentos de los que tienen muchas historias cortitas para dormir. El primero que me leí yo solita se llamaba " Historias de la granja".

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Todavía lo tenemos en casa y se lo han leído también el resto de mis hermanos. A este libro le siguieron Kika, Gerónimo Stilton y cuentos de la colección Barco de vapor. ¡He leído un montón de libros desde entonces!

lunes, 9 de marzo de 2015

MIS PRIMERAS PALABRAS

En este proyecto, mi tutor, me ha pedido que hable sobre mis primeras palabras y sobre cuando empecé a escribir y a hablar.
Primero os contaré un poco sobre mis primeras palabras.
Yo empecé a hablar a los 8 meses, lo cual es muy pronto. Mi primera palabra fue "papá." Según mi madre cree que fue así porque como casi siempre estaba con ella, cada vez que veía a mi padre mi madre siempre me decía: "ya ha llegado papá", "dale un beso a papá", "¿cuánto quieres a papá?"
Enseguida dije más palabras, las típicas supongo como: agua, pan, mamá, tonto, "guau, guau"...
Mi madre dice que de todos mis hermanos (somos cuatro hermanos) he sido la más charlatana. Mientras mi madre me llevaba a las guardería todo lo comentaba y lo señalaba. He sido la típica niña del "y por qué, y por qué."
En cuanto a escribir, no me interesaba tanto. Empecé a los tres años y escribía lo que me mandaban el el colegio y poco más.Pero según me ha dicho mi madre, siempre escribía con mucho esfuerzo y entusiasmo y con una bonita letra. ¡Era muy perfeccionista!
Conforme fui creciendo, ya me fue gustando mucho más escribir e incluso comencé a escribir mis propios diarios.
Y hasta la fecha me sigue gustando escribir y... ¡¡¡ HABLAR MUCHÍSIMO !!!

YO Y GARAMENDI:


Después de mi descuido con la casa del señor Garamendi me tocó hablar con él....
-Garamendi: Hola, ¿qué tal ha ido todo por aquí en mi ausencia?
-Yo: hola, ah, pues genial, no ha pasado nada digno de contar.
-Garamendi: ¿estás seguro?(Dice con tono amenazador).
-Yo: pues claro, ¿por qué lo preguntas?(Muy nervioso)
-Garamendi: .... pues porque se te ve un tanto nervioso con mi llegada.
-Yo: ah, no te preocupes, es que me da un poco de miedo que no lo encuentres todo a tu gusto. (explica con un intento de cambio de tema).
-Garamendi: si no ha pasado nada, ¿por qué no lo debería encontrar todo a mi gusto?(Pregunta con cara de pocos amigos).
-Yo: pues no sé, porque al ventilar se volaron unas hojas del despacho, y no sé muy bien si las coloqué bien.
-Garamendi: ah, no te preocupes, que sea eso todo.
-Yo: (Dice riéndose, simulando no estar nervioso) pues claro que es todo, si no... ¿que más iba a haber?
-Garamendi: no sé, dímelo tú. (Pregunta nervioso)
-Yo: oye, esto está empezando a sonar como si no confiases en mí, ¿no será así verdad?( con intento de hacerse él la víctima)
-Garamendi: no, si tú a mí me caes muy bien, pero es que ha sido la primera vez que le he dejado mi casa a una sola persona, y entonces estoy un poco nervioso.
-Yo: ¿es la primera vez que te vas de viaje teniendo semejante dinero? (pregunta intrigado)
-Garamendi: no,  he dicho que es la primera vez que se la dejo solo a una persona (dice entre riéndose)
-Yo: ah (dice aliviado) ¿y con cuánta gente la dejabas?
-Garamendi: pues con unas 20 o 30 personas.
-Yo: ¿en serio? (pregunta exaltado)
-Garamendi: te lo prometo (dice mientras se ríe a carcajadas), es que me daba un poco de miedo (explica, ya sin reírse tanto)
-Yo: an vale (comenta no muy convencida de que eso tuviese sentido) cada uno afronta el miedo a su manera (dice haciendo una mueca un poco rara).
-Garamendi: ¿por qué te extraña tanto? (ya empezando a estar un poco molesto).
-Yo: ah, bueno nada, es que yo nunca podría hacer eso (dice cabizbajo).
-Garamendi: por eso no te preocupes, cuando te jubiles ya tendrás tiempo para todo eso.
-Yo: bueno, si tú lo dices (mucho más animado).
-Garamendi: ya hablaremos otro día, que acabo de volver de un viaje un tanto largo y estoy un poco cansado.
-Yo: vale, perdón, no me había dado cuenta (explica riéndose). Bueno, espero que lo encuentres todo a tu gusto.
-Garamendi: no lo dudo (hace un mueca amigable).
Y después de darse dos besos se va alejando y él ligeramente cierra la puerta.


Esto depende de dónde lo estéis leyendo, me refiero a en qué país, situación o momento, os sonará bien o fatal, no hay punto intermedio. Yo me llamo Juan, y mi problema, por así decirlo, es que soy albino. Y en muchos lugares no pasa nada, pero en mi país, de donde yo provengo, se relaciona con magia negra. Sí, como lo ois, con magia. Eso no es que te facilite mucho la vida y la convivencia con los demás...

Todo empezó nada más nacer yo, a mi madre la echaron del poblado y con ella, a mí. No fue plato de buen gusto para ninguno de sus parientes, y menos para ella. Por lo que lo único que se le ocurrió fue regalarme al mejor postor, lo que me llevó a mi primer amo, quien se creía, como todos, que lo de la magia negra era verdad. Por eso no me alimentaba, ya que, según él, el demonio se alimenta por si solo. Con este hombre tan majo y amigable por amo tuve que aprender a ser "malo", es decir, le robaba algo de comida y algo de dinero, pero el dinero lo ahorraba ya que en ninguna tienda me dejaban entrar y menos comer algo de allí.
Así tuve que estar durante años, pero un buen día, o eso creía yo, vino un señor. Tenía pinta de ser majo y amigable, pero todas esas ideas cambiaron cuando después de estar caminando un buen rato con él, en el cual no me habló y solo me miró con caras de asco (creo que fue uno de los caminos más largos de mi vida), llegamos a su casa. Allí toda esa faceta de hombre bueno se derrumbó, cuando sin ni decirme su nombre, me pidió que le lavase los pies. Yo creía que me moría, se quitó los zapatos y se destapó esos pies de hombre de campo, estaban llenos de callos por todas partes. Era realmente horroroso, y cuando creía que las cosas no podían ir a peor, apareció ese niño; vamos, más que un niño era una pequeña bestia, me tiraba de los pelos, me rompía todo lo que tenía por poco que fuese. 

Y el problema es que este hombre pensaba como el otro, que los demonios nos alimentamos por si solos, por lo que empecé a robarles comida. Un día estaba yo en la cocina, un sitio en el que a mí  me prohibían la entrada; se suponía que estaban todos dormidos y me decidí a coger un pan cuando de repente apareció el horripilante niño ese, me vio con el pan, y en vez de callarse llamó a sus padres, quienes sin pensárselo dos veces me echaron fuera de casa, y no me dejaron coger ni mis propios zapatos. 

Yo estaba allí solo en mitad de la noche, sin saber a dónde ir, y lo único que se me pudo ocurrir fue empezar a andar. Entonces llegué a donde estoy ahora, encerrado en una cárcel con pena de muerte.  Aunque suene horrible creo que es lo  mejor que me ha pasado en mi vida, ya que me dan de comer, tengo una cama y nadie me pide nada a cambio, simplemente el pequeño detalle de mi vida. 

Escribo esto para que todo el que lo lea logre entender que las personas albinas no somos demonios, y que como cualquier otro humano tenemos sentimientos.

domingo, 8 de marzo de 2015

LAZARILLA DEL SIGLO XXI...

(Aparece la Lazarilla por la parte derecha del escenario. La escena está inspirada en un colegio.)

- Lazarilla: esto es inaceptable... Ya no puedo más... ¡Es siempre lo mismo! (Se pone las manos en la cabeza y cierra los ojos) me gustaría vivir sin problemas en la vida, sin personas que me hagan la... la vida imposible...

(Se acerca al público y les dirige la palabra.)

-Lazarilla: imaginaos tener que soportar que todos estén contra ti. ¡Continuamente! Ya no puedo más , no puedo más.

(Hablándose a sí misma. Se desplaza por el escenario de un lado a otro.)

- Lazarilla: todo comenzó ese 26 de Octubre, lo recuerdo perfectamente, cuando llegué al colegio. Todo parecía normal, como un día cualquiera, pero no, aparecieron la pandilla de los rebeldes. Un grupo de chicas y chicos, que se podría decir que eran los "populares."

(Dirigiéndose al público nuevamente.)

-Lazarilla: fue por ellos por lo cambié. Yo era débil y no sabía decir que no a nadie. Ya sé que era muy blanda y lo reconozco... Y cambié por ellos, para no quedarme sola en la vida. Se creían que no me enteraba, pero si, ¡claro que enteraba! (Suspiré. Hablándose a sí misma de nuevo.) Como os iba diciendo, aparecieron todos ellos. Me humillaban y me criticaban... (Dirigiéndose al público.) ¿Sabéis lo que es sufrir eso? Espero que nunca lo experimentéis...

(Sigue hablando consigo misma.)

-Lazarilla: Ese 26 de Octubre, me empezaron a humillar y a criticar como os había dicho antes. Ese mismo día, también se inventaron que yo les había criticado a sus espaldas, lo cual era mentira. Yo pasé de ellos pero no fue nada fácil, nada de nada; después de todo esto solté todo lo que me había guardado para mis adentros, ya que como era muy tímida no contaba nada a nadie. ( dirigiéndose al público les dirige la palabra.)
Os daré un consejos, nunca nunca nunca, os guardéis cosas que os preocupan para vosotros solos. Compartid vuestros sentimientos con personas de confianza, bien con vuestros mejores amigos o bien con vuestra familia.
Así que decidí a aprender a decir que NO. Al principio costaba un poco y me daba miedo pero me dí cuenta de lo importante que era ser una misma.

MORALEJA:

No seáis lo que los demás quieran, que no os importe lo que piensen y lo que digan los demás de vosotros.
¡¡¡ SED VOSOTROS MISMOS !!!

miércoles, 4 de marzo de 2015

“ Yo y Garamendi. “
- Hola señor Garamendi…- le dije a Garamendi con miedo.
- Hola, te pasa algo te noto un poco raro.
- No no me pasa nada…- le dije con miedo.
- Bueno pues entonces entro en mi casa - y me sonrió.
En ese momento se me subió el corazón a la garganta.
Entramos en su casa…
- ¡¡¡Pero que ha pasado aquí!!! ¿Me lo puedes explicar?- Me dijo
- Lo siento señor no pretendía…- le dije en voz baja…
- Pero que dices si te lo decía de broma. Yo no quería toda esa chatarra.- me explicó.
- ¡Enserio! - me alarmé por su respuesta.
- Claro tonto, vamos a tomar un café juntos - me cogió del brazo…
(Ya en la cafetería de la calle de Oriente...)
- Que sepas que me tienes que decir la verdad. - me dice con cara de mal humor.
-  Pero señor yo no tengo nada que decirle…- nervioso le contesté.
- Pero, ¿tú te crees que soy tonto o que? - me grita sin piedad…
- Lo siento señor, no quería hacerlo. Pero usted antes me dijo que no le importaba…- asustado le dije.
- Lo hacía para que me dijeses la verdad pero, ¡como no me lo has dicho!- grita de nuevo.
- Ya lo siento... - le pedí perdón.
- Pero, ¿qué hacías hablando con ese ladrón. Confiesa qué le dijiste. -me dijo.
- Pues me estuvo contando que en su casa tenía mucha chatarra y me contó lo que había robado.- le expliqué.
- ¡Y no le detuviste! Menudo... Es que de verdad no se te puede mandar una cosa importante porque no cumples con tu promesa. - me gritó sin piedad.
- Lo siento...- le dije
- Adiós traidor. Nunca quiero volverte a ver. En mi vida, en mi vida. - Me contestó Garamendi.
Se dió media vuelta y salió del restaurante y se fue a su casa. Desde ese momento no volví a verle en mi vida como él me había mandado. Pero no porque no le quisiese ver si no porque el señor Garamendi después de todo este lío se mudó a otra parte de Madrid y no le he vuelto a ver nunca más.